Indefinible como el tiempo, quien cuenta su origen, abstracto como la nada, ¿es o no es? Sobre su existencia poco se sabe, sobre su origen menos, y sin embargo, todos sabemos dónde está.
Hueco, vacío, pero necesario a la vez, sin él la ciencia no hubiera avanzado, sin él no hubieramos llegado a este punto tecnológico. Innovador, explorador, inventor, conejillo de sus propios experimentos.
Y llegó el 1, y se hicieron par, imposible en la era que nos ocupa a vivir sin él, el sistema binario que nos rige en nuestras vidas, 0 ó 1, 1 ó 0, bueno o malo, todo o nada, si o no, blanco o negro, binomios sin fin, como el cero.
Las matemáticas estaban cojas hasta que en Babilonia se comenzó a usar el cero por el siglo III a.c., ante todo para poder medir el tiempo, ya que éste se medía en un sistema hexagesimal o duodecimal, pero este sería otro post.
Agradable descubrimiento tu blog. Enhorabuena. Considerame un seguidor más
ResponderEliminarGracias Charles, bienvenido.
ResponderEliminarInteresante blog vendré con tiempo cuando no me deje llevar por los encantos liricos de Morpheo o quizás ya he venido entre los pasos de un mundo a otro donde somos etéreos algo más que vestiduras carnales atadas a los sentidos …besos
ResponderEliminarXiomara,encantado de tenerte por mi rincón. Siéntete como en tu casa.Besos
ResponderEliminarLeído...gracias ...
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